La magia estival de los cuentacuentos
Estas ultimas semanas tan ajetreadas, con actividades variadas de nuestra Asociación Metakuyase (quitar escombros, taller de cuentacuentos, taller de feng shui.. y ahora 2º festival Metakuyase para septiembre) me han apartado del blog. Vuelvo ahora, con energía renovada, y en las próximas entradas, os compartiré una serie de cuentos cortos, que espero os agraden al tiempo que refresquen el calor ya veraniego de Junio.
" Q. V. E."
Érase una vez un lugar lindo y en paz llamado el Cielo. Aquella tarde apacible de Junio, platicaban amigablemente el Maestro de las flores con el Maestro del barro modelador. Al fondo en la barra de la cantina, doña Carmen procuraba no les faltara cerveza bien fresca a los buenos señores, a la par estupendos clientes.
Con el paso de las horas -por decirlo de alguna manera, ya que allá el tiempo no existía- la cebadita les fue abriendo el corazón.. Maesse Rosendo, el jardinero, le confesó a su compadre: "Sabes Maese Baco -que así se llamaba el que le daba al barro y a.. algo más-, "me tiene harto preocupado la situación en la Tierra. creo que necesitan les echemos una manita. Cada vez veo menos colores en sus jardines, y ya no alcanzo a oler el aroma fragante de las rosas enamoradas y de los tiernos jazmines, como antaño hace un par de siglos."
Y suspiró profundamente, desde los recovecos de su almita antigua, tan sedienta de belleza. "Había pensado que.." -continuó con la voz algo apagada- "tal vez tú Baco, manantial abundante de genialidades, fueses también esta vez capaz de modelar algún apañito.., no sé.., confío en tu arte para salir de esta apretura. Lo dejo en tus manos, estoy tan abatido! Voy a descansar un sueñecito de 51 años, a ver si me recupero del disgusto." Quedose solo Baco, cavilando en el encargo de su querido amigo Rosendo, mientras apuraba los últimos tragos de tan celestial bebida.
Y retornó a su taller de cerámica, divino donde los haya. Dedicó toda la noche a crear la criatura que podría poner remedio al olvido de la belleza en el Planeta verde. Se fue sumergiendo en un plácido trabajo de gozosa creación, y mientras su corazón cantaba las cualidades de ese barro, sus ágiles manos le iban dando forma: alegría, generosidad, compañerismo, creatividad, pragmatismo, talante emprendedor, acción dispuesta y amor al prójimo.
Al amanecer, cuando daba los últimos toques al barro rosado, le pidió a su amigo Jesús que recién pasaba por ahí, de camino a la carpintería del Padre, que por favor le pusiera la mano al barro, para insuflarle vida celestial. El de Nazareth, con su disponibilidad habitual, accedió dibujando en su fino rostro una sonrisa de oreja a oreja. Y consideró Baco que su obra era buena, y que estaba lista para ser enviada a la Tierra.
Dirigió sus pasos a la estafeta de correos, y le pidió a doña María, que por favor diera 'prioridad nivel Mesías' a su encargo. María le miró de abajo arriba y luego de arriba a abajo, preguntándose que se habría tomado esta noche el Maestro del Barro. Pero como el paquete pintaba bonito y olía al perfume favorito de Jesús, sonrió amablemente y lo colocó en el primer envío-express para la Tierra. Y a continuación, le pidió a Baco que jugara a la Ruleta mágica para determinar tiempo y lugar de destino para el paquete.
El Maestro le dio con ganas y sonrisa juguetona, y la herramienta divina cantó: " --Lugar: España, Madrid, C/ San Justo 1, 1ºB; --Tiempo: 14 de febrero de 1965". Pensó complacido Baco que el lugar tenía buen nombre y que el día de los enamorados era más que apropiado para tan gloriosa misión.
Y despidiéndose de María, se alejó contento hacia la cantina que, recién ahorita, estaría sirviendo ese café sublime que hacía entrar a uno en estado de éxtasis. La voz bien timbrada de María, le sacó de su nube: "¡Baco, Baco!!, ¿Y cómo se llama el barrito?" Éste se paró, se dio la vuelta, y tras rascarse varias veces la cabeza, contestó: "¡Qué cosas tienes María, como se va a llamar si no, pues Esperanza!" y repitió: "¡¡Valentina Esperanza!!"
Que bonito!!! No lo había leído hasta ahora. Muchos besos a los dos, se os echa de menos <3
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