Desde la ley de atracción, todo lo que ocurre dentro, aparece allá fuera. Vivimos en un continuo espejo, co-creando nuestra realidad. Lo que sucede es que la mayoría de las veces se produce de forma inconsciente; somos llevados por 'programas heredados', que nos conducen a las experiencias que, sin embargo, creemos elegir con libertad. ¿De dónde proceden estos programas? ¿Cómo los heredamos?

 

   De hecho el término 'programación' es bien adecuado a lo que sucede. Nuestras decisiones aparentemente personales y libres, se ven condicionadas ya sea en el terreno profesional, en las relaciones de pareja o en el estilo de vida que queremos llevar. Somos nosotros y nuestras circunstancias, y éstas tienen mucho que ver con lo que han vivido nuestros antepasados, en especial los más inmediatos.
  Si los nativoamericanos han considerado las 7 siguientes generaciones cuando tomaban decisiones importantes, me pregunto si nosotros seremos influidos a su vez por las 7 generaciones de ancestros que nos han precedido. Y realmente, 7 generaciones son muchas personas y muchas vivencias de todo tipo asociadas a estos 'familiares'. Nuestro linaje se pierde así en el eco de los tiempos, y se mezcla -a través de las relaciones de pareja- con numerosos linajes distintos, configurando nuestro complejo árbol genealógico familiar.
  Tal vez, si observamos bien las dinámicas de algunos hechos que se han repetido en las últimas generaciones, podamos reconocer ese 'hilo' de continuación en el que nos vemos inmersos. Una vez más, será cuestión de consciencia, de despertar en nosotros la aceptación de quienes nos han precedido, y así poder llegar a honrar su legado, de manera que evitemos repetir 'historias' por haberlas comprendido desde el corazón.
 Se nos pide quizás que vivamos con la mayor impecabilidad de la que seamos capaces, y que podamos arrojar una luz sanadora sobre esas pautas familiares recibidas. Preocuparnos menos por legar propiedades físicas, o por acumular méritos, y trabajar más o mejor en aligerar de secretos ocultos o dejar de repetir dinámicas relacionales perjudiciales.
  Sí, 'honrarás a tu padre y a tu madre', y tratarás de dejar de repetir lo que crea daño, mentira y desamor. Afrontaremos con presencia lo que somos, y de donde venimos. No más, no menos.




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