Escocia (II): De Inverness ala isla de Skye, norte en estado puro!
Con el rescoldo del divertido 1er Mercadillo lúdico Metakuyasein que ayer discurrió en casa con excelente participación (ya hay propuesta para una pronta segunda edición revisada y ampliada) y mejor desarrollo, retomamos velas para el relato de Escocia, que hoy nos transporta desde Inverness -capital de las Highlands- hasta la isla de Skye. El tiempo fresco se incomodó algo con el viento y los chubascos, que arreciaron en Skye. Quizá por ser el sitio del que teníamos más espectativas, algo nos defraudó. Aún así retratamos bellas estampas de esas tierras norteñas.
Ruinas del emblemático castillo de Uruquhart
Abandonamos la capital del norte, en dirección sur, agraciados por alguna obra en la carretera que nos entretuvo un poco. Rendimos homenaje al emblemático castillo de Uruquhart, a orillas del lago Ness, que no resultó nada ddl otro mundo, y después seguimos hacia el valle de Glen Affric, donde hicimos una corta excursión por una zona boscosa junto a un río, que sí disfrutamos más. Para ello, dejamos la A-82, que lleva hacia al sur a Fort William y Glasgow, y a la altura del pueblo de Drumnadrochit, cogimos carreterita local guapa hasta el paisaje boscoso, donde nuestro duende Fachan pudo disfrutar de un entorno mágico y frondoso.
Tras la excursión, desandamos el camino para parar a retomar la A-82 hasta el pueblo de Invermoriston, que nos dio otra ruta hacia el oeste para acercarnos hacia la isla de Skye. Con el tiempo cambiante, a primera hora de la tarde, y entre lluvias, pudimos disfrutar del cambio del paisaje que ahora nos mostraba la cara más pelada y también atractiva de las Highlands. El fresquito aumentaba, como luego comprobaríamos en la isla de Skye.
Así, nos llegamos hasta el castillo de Eileen Donan, que si satisfizo las expectativas y su fama. Después, nos alargamos hasta la ciudad de Kyle de Lochalsh, en la punta de la isla para pasar, atravesando el puente hasta Skye; y llegamos a Broadford donde nos acomodamos en el Bed & Breakfast, que lo mejor que tuvo fue que la persona que nos atendió era una argentina simpática, y que tenía un buen supermercado enfrente.
Al día siguiente, emprendimos la excursión a la piscina de las hadas, que de, tan afamada, andando nos la pasamos, pues sinceramente por el Valle del Tiétar se encuentran lugares más hermosos y mágicos, y la foto de Internet está más que trucada. El paseo fue agradable, salvo el chaparrón que nos caló a falta de 5' de volver al parking. Fue el segundo 'gatillazo' del viaje, tras la visita a Urquhart. Como después comprobaríamos en el lago Katrina y en el callejón de Mary Close en Edimburgo. Los sitios más afamados, realmente son sólo unos 'sacacuartos', y se puede prescindir de ellos. ¡Pero hay que vivirlo!
Paseo por Glen Affric
Tras la excursión, desandamos el camino para parar a retomar la A-82 hasta el pueblo de Invermoriston, que nos dio otra ruta hacia el oeste para acercarnos hacia la isla de Skye. Con el tiempo cambiante, a primera hora de la tarde, y entre lluvias, pudimos disfrutar del cambio del paisaje que ahora nos mostraba la cara más pelada y también atractiva de las Highlands. El fresquito aumentaba, como luego comprobaríamos en la isla de Skye.
Panorámica del sur de las Highlands
Así, nos llegamos hasta el castillo de Eileen Donan, que si satisfizo las expectativas y su fama. Después, nos alargamos hasta la ciudad de Kyle de Lochalsh, en la punta de la isla para pasar, atravesando el puente hasta Skye; y llegamos a Broadford donde nos acomodamos en el Bed & Breakfast, que lo mejor que tuvo fue que la persona que nos atendió era una argentina simpática, y que tenía un buen supermercado enfrente.
Excursión a la Fairypool
Al día siguiente, emprendimos la excursión a la piscina de las hadas, que de, tan afamada, andando nos la pasamos, pues sinceramente por el Valle del Tiétar se encuentran lugares más hermosos y mágicos, y la foto de Internet está más que trucada. El paseo fue agradable, salvo el chaparrón que nos caló a falta de 5' de volver al parking. Fue el segundo 'gatillazo' del viaje, tras la visita a Urquhart. Como después comprobaríamos en el lago Katrina y en el callejón de Mary Close en Edimburgo. Los sitios más afamados, realmente son sólo unos 'sacacuartos', y se puede prescindir de ellos. ¡Pero hay que vivirlo!
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