Temazcal: Hermanarse con la Madre Tierra en la vivencia intensa de los elementos
Vamos a empezar el año con el regalo de compartir un temazcal (o 'cabaña del sudar') entre amigos en un pueblo por la sierra norte de Madrid. Aunque puede extrañar a muchas personas por ser una experiencia ajena a nuestra cultura, es de las mejores maneras que conozco para percibir directamente la relación sagrada y total con el fuego, la tierra, el agua y las plantas.. además de la estrecha unidad con las personas que te encuentras, la mayoría 'desconocidos' que no volveremos a ver. Y, sin embargo, una de las experiencias de la relación humana que más te acercan a otra persona, hasta sentirle un hermano, hermana de sangre. Me encuentra este temazcal en medio de un fin de ciclo, inmerso en retomar la meditación como puerta en mi vida hacia el silencio y el sentir de mi persona. Al sentarnos a meditar, hacemos higiene mental, nos dejamos estar con uno mismo, nos atrevemos a encontrarnos.. nos desprendemos de aquellos que no somos: fantasías, planes, recuerdos..