Se acerca el invierno; la oscuridad y el frío son íntimos compañeros, hijos de la Noche. Aunque hace milenios que dominamos el fuego y sus sucedáneos, aún la falta de luz nos evoca terrores ancestrales, y en estos días se nos invita a estar recogidos en casa. El anciano se levantó de su gastada butaca, y atizó los troncos para avivar el fuego en la, también, vieja chimenea. Lo hizo con la pericia del que lleva más de medio siglo haciéndolo. Sin improvisar ningún movimiento, Las llamas crepitaron durante unos instantes, luego decrecieron. La sala apenas estaba iluminada; Adelmo Frutos no esperaba visita. El día había transcurrido con las rutinas habituales: encender la lumbre, calentar el café, preparar el puchero, sacar los perros, leer un rato, comer y así otras cuantas… En un momento, el hombre –con casi noventa años sobre sus inclinadas espaldas- se acordó de que hoy era 21 de diciembre, el día de la entrada del solsticio, la entrada oficial del invierno. Si bien –pens
La ilustración superior acompaña el relato 40 y último del vol. 1 'Relatos en un planeta confinado'. Está hecha por el artista y amigo Antonio H D. Pronto el proyecto verá la luz. Os avisaremos en el blog cuando sea inmediata la publicación de '40 relatos para confitar un corazón en cuarentena'.
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